Curso de Monitor de tiempo libre
27 de febrero de 2017Campamento rural
16 de mayo de 2017JARDINERÍA JAPONESA EN EL COLEGIO SIERRA-PAMBLEY
La jardinería japonesa es bien conocida, y muy apreciada, entre los especialistas de la profesión. Y es que, entre todos los diseños de jardín, el japonés combina como ningún otro la innovación y la modernidad, con el más estricto respeto a las tradiciones milenarias del oficio. La jardinería y el arte floral japonés han conseguido depurar a lo largo de los siglos una singular estética minimalista: a la vez sencilla y sofisticada, a la vez elegante y funcional, donde reside su mayor atractivo y su mayor modernidad. Desde sus orígenes (nacida en la más remota antigüedad para la ornamentación de las viviendas y propiedades de la aristocracia imperial), la técnica de jardinería artesanal japonesa se ha caracterizado por su tendencia a la creación de «ambientes»; la reproducción de espacios naturales capaces de transmitir una sensación de equilibrio y armonía, estrechamente conectada con la profundidad de la espiritualidad oriental zen: construcción de atmósferas relajantes, visualmente estables y siempre proporcionadas (a veces, expresamente concebidas para la celebración de fiestas tradicionales, como las ceremonias del té o, simplemente, para el vestido vegetal del hogar), tanto en diseños interiores como al aire libre.
Nuestros alumnos del segundo curso de Grado Medio en Jardinería y Floristería, tuvieron la oportunidad de aproximarse el pasado mes de marzo a este tipo de jardinería, realizando una clase práctica de elaboración de kokedamas: un original diseño de plantas ornamentales sin maceta que serviría como decoración de nuestro centro.
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LA KOKEDAMA
En japonés kokedama significa, literalmente, «bola de musgo». Constituye una de las modalidades de planta decorativa más demandadas en la actualidad por su originalidad, por la sencillez de su aspecto, la facilidad de su mantenimiento y su delicadeza. Aunque las kokedamas comenzaron a comercializarse y difundirse mundialmente hace muy poco tiempo (aproximadamente, en la década de 1990), su técnica de composición se remonta hasta casi el año 700 a.C., y supone, en realidad, una simple variación del proceso de cultivo tradicional del legendario bonsái: el «árbol enano» forzado artificialmente a crecer en una superficie de poca profundidad. La kokedama emplea esa misma técnica de limitación introduciendo la planta o árbol en una esfera de tierra cuyo sustrato se deja al aire. Para la elaboración de la esfera se emplea una mezcla de turba, arena y arcilla (llamada también «akadama», para dar más consistencia al conjunto), en cuyo centro debe situarse la planta que deseamos cultivar. Bien revuelta y combinada ya la tierra y una vez implantado el esqueje, debe construirse la «bola», propiamente, normalmente utilizando algún tipo de horma o instrumento de troquel o moldura que redondee su forma externa. La esfera de turba es, finalmente, recubierta con una camisa de musgo vivo (asegurada al conjunto mediante varias vueltas de tanza o cordel), con la doble intención de proteger y preservar las raíces del árbol y, al mismo tiempo, decorarla con color, dándole así un particular efecto de naturaleza viva.
Una vez terminada la pieza, ésta suele ser usualmente expuesta en dos maneras diferentes: bien en forma colgante o sobre bandejas decorativas. Las posibilidades decorativas son muy variadas. Su diseño esférico favorece y facilita la creatividad de su presentación, asociándose perfectamente a todo tipo materiales (preferentemente primarios o naturales), ya sean sogas o cuerdas, estructuras de mineral o madera, escaños y bases cerámicas, soportes de piedra o láminas de pizarra; y cuyo contraste visual refuerza la elegancia de su estética. La kokedama, además, requiere un mantenimiento relativamente simple: luz abundante (aunque nunca una exposición directa para salvaguardar el musgo) y un riego sencillo por inmersión, sumergiendo la pieza durante unos minutos en agua con fertilizante. Un diseño de jardinería impactante y con múltiples ventajas que esperamos, nuestros alumnos hayan disfrutado.
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